sábado, 13 de diciembre de 2014

La rosa de Jericó.

Su nombre es Anastatica Hierochuntica pero es conocida como Rosa de Jericó.

Es una planta originaria de Arabia. Podemos encontrarla también en: Egipto, Palestina y riberas del Mar Rojo.

No crece de forma nativa en la ciudad de Jericó. La historia cuenta que, antiguamente los comerciantes de esta ciudad las traían de Arabia como talismanes muy preciados.

Es una planta muy resistente a la falta de humedad. Sus ramas tienen la propiedad de contraerse con la falta de agua, permaneciendo cerradas y secas durante muchísimos años, volviendo a abrirse al contacto con el agua, recobrando toda su frescura y belleza, tantas veces como se quiera. Sus raíces son muy pequeñas. Cuando ha pasado por un periodo seco, adquiere forma esférica. Sus hojas se recogen siendo inapreciable el tamaño de las raíces, éstas apenas sobresalen. Por ello, resulta muy fácil que el viento las arranque y arrastre grandes distancias. Llegando incluso a cruzar fronteras de diversos países de Asía.

SIMBOLISMO:

Es una planta que ha dado lugar a referencias simbólicas y supersticiosas.

Es un amuleto que se utiliza para bendecir los hogares ahuyentando las malas influencias. Atrayendo la paz, el poder y la abundancia.

Se dice que atrae la suerte para los negocios, habilidad en el trabajo, ofrece salud, fuerzas, felicidad y, sobre todo, tiene la propiedad de trasformar las energías negativas en positivas en el lugar donde se encuentre.

Protege la casa y el comercio contra los malos deseos y las malas vibraciones; atrae las energías positivas y también la prosperidad económica.

CULTIVO Y CUIDADO:

Normalmente, cuando se adquiere esta planta, esta seca y completamente cerrada, formando una esfera. Por eso, debemos sumergirla en agua, dentro de un recipiente tipo pecera, recipiente de cristal o plato hondo, y al cabo de dos o tres días, se abrirá. Rápidamente llegará a alcanzar un aspecto verdoso y realmente bello.

Es conveniente cambiar el agua a menudo (cada dos días) las dos primeras semanas para evitar la aparición de moho y algas. Después, se puede mantener solo cubriendo las raíces con agua. Así únicamente se cambiará el agua cuando este sucia o se añadirá si le falta.

Se puede mantener tanto en interior como en exterior bien iluminado pero sin recibir los rayos directos del sol.

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